A todas las personas que ayudan a Esperanza Juvenil, quiero agradecerles por darme la oportunidad de realizar mis estudios universitarios. Espero que sigáis apoyándonos. Hay muchos más jóvenes que vienen detrás de nosotros, y estoy seguro de que también estarán agradecidos. Se graduarán y lo que aporten a Guatemala valdrá la pena.
Humberto Aguiral nació en la Zona 6 de Ciudad de Guatemala. Antes de llegar a Esperanza Juvenil, estudió en una escuela pública. Desgraciadamente, su padre murió cuando Humberto tenía 3 años, dejando a su madre viuda con 3 hermanas: dos mayores que él y una menor. Él es la tercera. Su madre se puso en contacto con Esperanza Juvenil, donde le dieron la oportunidad de estudiar. Entró en el programa como alumno residente cuando tenía 5 años, y desde entonces ha podido continuar sus estudios.
Antes de entrar en Esperanza Juvenil, la zona donde creció no era nada segura. Su madre, buscando su seguridad y una oportunidad para sus hijos, vio en Esperanza Juvenil una gran oportunidad para mantenerse fuera de peligro. Sin embargo, fue un poco difícil para ella porque en el momento de la inscripción, Humberto tenía que vivir dentro de las residencias y ella no estaba acostumbrada a estar lejos de sus hijos. Dejarlo ir tan joven fue complicado tanto para ella como para Humberto, pero lo hicieron para poder obtener la educación que necesitaban.
En Esperanza Juvenil estudió la primaria y luego la secundaria en un colegio privado que Esperanza Juvenil pagó. Gracias a Esperanza Juvenil, conoció a la Corporación AICSA, que le dio la oportunidad de estudiar en la universidad, otorgándole una beca para la carrera de Ingeniería en Construcción, de la cual se graduó en 2019. A partir de ahí, comenzó a ejercer su profesión dentro de la empresa. Actualmente, trabaja como jefe de proyecto en construcción.
Se le ha asignado la supervisión y ejecución de 6 nuevas aulas de secundaria para Esperanza Juvenil. Para él es una gran alegría estar a cargo de este proyecto. Humberto dice que es una emoción ver cómo Esperanza Juvenil ha crecido tanto, y tener más aulas significa tener más niños que tienen la oportunidad de seguir estudiando y que serán los profesionales del futuro en Guatemala.
Humberto nos cuenta que si se encontrara con el Humberto de hace 3 o 4 años, le diría que siguiera trabajando duro, que siguiera estudiando, que es duro estar lejos de su madre, pero que todo saldrá bien y que todo lo que logrará valdrá cada decisión que tomó en su momento.
Palabras de Humberto: "A todas las personas que ayudan a Esperanza Juvenil, quiero agradecerles por darme la oportunidad de lograr mis estudios universitarios. Espero que sigan apoyándonos. Hay muchos más jóvenes que vienen detrás de nosotros, y estoy seguro de que también estarán agradecidos. Se graduarán y lo que aporten a Guatemala valdrá la pena. Muchas gracias".
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